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El día comenzó con la celebración eucarística presidida por el superior provincial de la Sociedad San Pablo, Padre Vincenzo Marras y fue dedicado al tema de la economía en relación a la misión.
Sor Annamaria Gasser, en su relación, nos ha ayudado a entrar «en el mundo de las lógicas y de las leyes que han regido la economía en el siglo pasado y tratar de comprender las dinámicas que
están cambiando también la visión y la aplicación de esta ciencia». La apelación es modificar algunos parámetros de nuestras acciones si queremos no sólo mantener, sino también expandir y desarrollar nuestras actividades. En realidad, el factor económico incide, y a menudo condiciona nuestras opciones apostólicas.
Luego, Sor Gabriella Santon, ecónoma general, dando continuidad a las reflexiones ya iniciadas en otros encuentros, hizo hincapié en la necesidad de un equilibrio entre apostolado y economía, uno de los más grandes desafíos a enfrentar ya que «la economía está al servicio del apostolado». Se necesita aquella sabia administración que es, esencialmente, colaboración y
coordinación entre los sectores apostólicos, para encontrar el justo equilibrio entre ingresos y costos y una buena organización.
Después de una interesante confrontación con las relatoras, por la tarde, las participantes se turnaron para presentar, brevemente, las proyecciones sobre el futuro de nuestras librerías en Europa, un camino abierto a la esperanza, en el signo de la colaboración entre nosotras y con los laicos.
Sor Battistina, nuestra facilitadora, ha vuelto a considerar algunas conclusiones maduradas en Frankfurt (octubre 2011) en el encuentro de las hermanas encargadas de la Editorial en Europa y las propuestas surgidas en el encuentro sobre Habitar la red y uso del digital (Roma, septiembre 2011). En los trabajos de los próximos días, dedicados a la elaboración del Proyecto global continental, también aquellas conclusiones y propuestas tendrán un papel importante.
Continuamos recibiendo mensajes de saludo y de augurio a través del sitio. Gracias a cuantos nos acompañan de cerca con el afecto y la oración.
