This post is also available in: Inglés Francés Italiano Portugués, Portugal
São Paulo, 13 de agosto de 2011
Queridas hermanas:
El día de hoy lo hemos dedicado a la profundización de la rediseñación de la economía con relación al apostolado, un “matrimonio” necesario, pero a menudo difícil de vivir.
De hecho, Sor Annamaria Gasser, como premisa de su relación, nos ha puesto en guardia: «Tal vez estamos acostumbradas a pensar en la economía como un factor accesorio, a veces marginal, o a relegarlo al aspecto puramente técnico-contable, casi de inferioridad respecto a la gestión de nuestras actividades». En realidad el factor económico incide, y a menudo condiciona nuestras opciones apostólicas. Después de un rápido excursus de las principales teorías económicas que han guiado el sistema económico en los dos últimos siglos, Sor Annamaria nos ha invitado a ponernos en escucha del reciente magisterio de la Iglesia sobre temas socio-económicos y a reflexionar sobre lo que podría ser la actualización para nosotras y nuestras actividades. El aspecto “ético” de la economía – que es transparencia, justicia, caridad, coparticipación y fraternidad − debe interrogarnos. El apelo es modificar algunos parámetros de nuestro actuar, si queremos no sólo mantener, sino también expandir y desarrollar nuestras actividades, recordando que «no existen modelos económicos exitosos sin fuertes valores éticos. Es a través de esta visión de economía que pasa nuestra historia y nuestra vida de santificación»
Incluso para la ecónoma general no podemos prescindir de la estrecha relación que existe entre economía y apostolado. Dando continuidad a las reflexiones ya iniciadas en otros contextos Sor M. Gabriella Santon ha evidenciado la necesidad de reestablecer un sano y “paulino” equilibrio entre apostolado y economía, porque «no podemos olvidar que la economía está al servicio del apostolado y el apostolado da continuidad y solidez a la economía». Por ello es necesario hacer crecer la lógica y la práctica de una sabia administración, que es esencialmente: colaboración y coordinación entre los sectores apostólicos; búsqueda del justo equilibrio entre ingresos y costos y una buena organización. Como Don Alberione enseñaba, es necesario administrar «según los principios de Jesús y de Pablo. Debemos tener en cuenta todo lo que Dios ya ha hecho… Cada invención es un capítulo de alabanza a Dios, es un descubrimiento de lo que Dios ha puesto en la naturaleza. ¡Y cuántas cosas ha puesto en nosotros, que no las utilizamos suficientemente! No utilizamos suficientemente la fantasía, el corazón, la mente, las relaciones con el prójimo. Especialmente no utilizamos todos los medios que la Providencia nos ha dado para nuestro apostolado. El Señor ha puesto ante nosotros tesoros, y más aún los que están dentro de nosotros, tesoros que no siempre sabemos descubrirlos» (FSP55, p. 554).
La tarde fue dedicada al laboratorio sobre Economía y Rentabilidad, para adquirir una mentalidad dinámica y productiva en el ejercicio del apostolado de la difusión y un método de trabajo en términos de previsión-inversión, evaluación y control. La metodología usada es la de “análisis de casos”, que abren al debate y guían a la convergencia y a la formulación de propuestas concretas, de inserir en el Proyecto apostólico.
Y por la tarde se inauguró oficialmente la Mini-Feria de los productos “Paulinas” del Continente Americano. ¡Bellísima!
Sor Anna Caiazza