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Hemos llegado al décimo y último día del Encuentro de apostolado-economía del continente África-Madagascar.
Esta mañana, en la Eucaristía, con el pan y el vino llevamos también al altar el esbozo del Proyecto apostólico continental, “fruto de nuestro trabajo” de estos días. Nuestro Magnificat fue elevado con profunda intensidad en la adoración eucarística y en la posterior comunicación, en la que expresamos nuestra alegría por todo lo que construimos juntas y por la comunión solidaria que el Señor nos permitió profundizar y confirmar. El gracias fue dirigido coralmente al gobierno general, a la comisión preparatoria, al P. Sabino, nuestro metodólogo y a las hermanas de Nairobi por la organización, por su generosa hospitalidad y sus innumerables atenciones, y a las jóvenes que nos han alegrado con su gozosa presencia…
Al concluir el Encuentro, Sor M. Antonieta Bruscato, superiora general, nos exhortó a no anteponer nada al anuncio de la Buena Nueva a todos. El camino de la nueva evangelización, como solicita también la exhortación apostólica Africae munus, puede ser recorrido sólo por quien se hace tabernáculo de Jesucristo, «luz del mundo» (cf. AM 162). Continuó: «Además, debemos poner en práctica las iniciativas decididas juntas, comprometiéndonos con los instrumentos de nuestro apostolado a formar conciencias rectas y receptivas a las exigencias de la reconciliación, de la justicia y de la paz, valores evangélicos a integrarlos en nuestra experiencia de creyente».
Al final de esta página informativa cotidiana deseamos también agradecer a cuantos nos han sostenido con la oración y los muchos mensajes de augurio y de esperanza. ¡GRACIAS!
