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Esta mañana, en la celebración eucarística, impulsadas por el canto de inicio y por la Palabra de Dios, contemplamos la figura del Pastor, corazón y punto de unidad del rebaño, que ama, reúne y protege. Y la oración de los fieles, abierta sobre el gran horizonte de pueblos, culturas y religiones, recordó con invocaciones multilingües las muchas necesidades del mundo, en particular pidiendo el don de la paz entre las religiones.
La mañana continuó delineando sobre cómo traducir, en las diferentes circunscripciones, las acciones sostenibles en las tres áreas prioritarias: la evangelización y difusión, laicos y nuevas tecnologías, para determinar quién asumirá la responsabilidad de las varias actividades, quién será implicado y cuándo; los elementos que en parte anticipan el Proyecto apostólico de circunscripción que el Gobierno general pide que se elabore para el próximo mes de junio. Un gran espacio se ha dedicado, en asamblea, a la confrontación sobre algunas concretizaciones que pueden implicar a todo el continente.
Hoy no han faltado “encuentros operativos diferenciados” con las superioras de circunscripción y las ecónomas, mientras las hermanas encargadas de la producción y de la difusión realizaban algunos “intercambios” comerciales. También ha habido quienes han trabajado para redactar el Esbozo del Proyecto apostólico global/continental, que recopila el laborioso trabajo de estos días.
Esta noche, una pausa de distensión merecida: la cena fraterna con las hermanas de la Casa generalicia.
