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São Paulo, 14 de agosto de 2011
Queridas hermanas:
La exclamación admirada de Jesús: «¡Mujer, qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas», con la que concluye el pasaje del Evangelio de Mateo, propuesto por la liturgia de este domingo, ha resonado con fuerza hoy en nuestra asamblea. Realmente deseamos que nuestra fe de «mujeres apasionadas por Dios y por la humanidad» obtenga del Señor las gracias necesarias para llevar a cabo los proyectos que estén de acuerdo con su voluntad y para discernir nuevos caminos que su Espíritu va abriendo a nuestra misión en este Continente.
Con renovada toma de conciencia y esperanza nos hemos inmerso en los trabajos de esta jornada. En los grupos y después en asamblea hemos reflexionado y compartido sobre otro «análisis de casos»: Gestión de los contenidos y optimización de los recursos a los distintos niveles de la organización. El esfuerzo ha sido intenso y finalizado. En asamblea se ha llegado con facilidad a algunas convergencias fundamentales, que se suman a las ya adquiridas en los días anteriores. Poco a poco se están delineando los rasgos del Proyecto apostólico global continental, que se quiere siempre más basado sobre los inmutables principios carismáticos. Mañana se continuará con el laboratorio sobre el tercer «análisis de casos».
Mientras tanto, esta noche nos concederemos una hermosa fiesta con los colores y los sonidos propios de las Américas.
La información, hoy, es inevitablemente breve… Aprovechamos la oportunidad para expresar, también a través de este instrumento, nuestro agradecimiento a todas las personas que están «ocupándose» de nosotras: desde Sor Natalina y el staff de la «Casa de oración» de Ciudad Regina, que nos cuidan con atención, a las hermanas que se prodigan en los diversos servicios técnicos y en la actualización del blog, a los hermanos paulinos de la vecina comunidad, que cada día celebran con nosotras la Eucaristía.
Sigan orando por nosotras y sígannos también desde el sitio www.paoline.org. Hasta mañana.
Sor Anna Callaza